Principios de la década de 2010: un mercado en recuperación
Retrocedamos hasta principios de la década de 2010.

El mundo todavía sentía las secuelas de la crisis financiera de 2008. Santo Domingo, como muchas ciudades, estaba en modo de recuperación. Los inversores se mostraron cautelosos, pero se estaban plantando las semillas del crecimiento. Los precios asequibles y la promesa de un estilo de vida tropical comenzaron a atraer la atención del exterior. Recuerdo haber pensado: “Aquí hay potencial”, y vaya, ¡tenía razón!

Crecimiento de mitad de década: un aumento de la demanda.

A mediados de la década de 2010, las cosas se estaban calentando. La economía se estabilizó y la confianza volvió. La demanda de propiedades de lujo y comunidades cerradas comenzó a aumentar. Observé cómo aparecían nuevos desarrollos, dirigidos tanto a la élite local como a compradores internacionales. Estaba claro que el mercado inmobiliario de Santo Domingo estaba en alza.

El boom del turismo y su impacto.

El turismo jugó un papel muy importante en esta evolución. La rica historia, cultura y playas vírgenes de la ciudad ya no eran un secreto bien guardado. A medida que más visitantes llegaban a la zona, la demanda de alquileres a corto plazo se disparaba. Los inversores inteligentes se subieron al tren y adquirieron propiedades para atender a la multitud de vacaciones. Fue beneficioso para todos: los turistas obtuvieron experiencias auténticas y los propietarios obtuvieron las recompensas.

Infraestructura y conectividad: allanando el camino para el crecimiento.

Las mejoras en la infraestructura fueron fundamentales. Las nuevas carreteras y el transporte público actualizado hicieron que desplazarse fuera muy sencillo. La conectividad es rey en el sector inmobiliario y Santo Domingo se estaba convirtiendo rápidamente en una ciudad conectada. Esta accesibilidad abrió nuevos barrios a posibles compradores e inquilinos, extendiendo el auge inmobiliario más allá del centro de la ciudad.

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